Cómo organizar a tus empleados con las vacaciones de Navidad




20 de Abril de 2018

Por Julián López, de Activa Consultores (Asesorías en Sevilla)


Durante el período Navideño muchas empresas se obcecan con mantener sus procesos productivos e infravaloran la importancia que tienen las vacaciones en los índices de satisfacción. Para ello hay que establecer unas normas generales dentro de la organización que ofrezcan flexibilidad para adaptarse a las necesidades de los empleados.

El punto de partida debe ser una estrategia en la que se especifique perfectamente el procedimiento a seguir para solicitar unos días de vacaciones. El proceso debe ser sencillo y justo para todos. Se podría empezar mirando los días en los que hay más volumen de trabajo y cuando hay menos, establecer que posiciones no pueden quedar descubiertas durante ese período, si hay prioridades en los trabajadores por jerarquía, antigüedad, etc.

Muchos trabajadores no toman la iniciativa porque temen dar una mala impresión al empresario, pero lo mejor es empezar a hablarlo cuanto antes para así lograr el equilibrio deseado.

Para contar los días pendientes de disfrutar hay que tener en cuenta si el cómputo se hace por días naturales o por días laborables. Si son laborables, sólo contarán los días de trabajo, sin tener en cuenta fines de semana ni festivos. Si son naturales, se cuentan tanto los días festivos como los laborables.

Igualmente, es conveniente recordar los días que les quedan de vacaciones a los trabajadores. Salvo que el convenio o la empresa dispongan de otra cosa, las vacaciones caducan en el año natural. Es decir, los días que el trabajador no haya disfrutado hasta el 31 de diciembre los perdería, salvo que no pueda disfrutarlos por incapacidad, maternidad, etc. Sin embargo, normalmente, las empresas suelen permitir a sus empleados que disfruten de esos días hasta después de la festividad de Reyes o incluso algunas hasta marzo.

Es importante contar con una plantilla para el reparto de tareas, para ver cuales están cubiertas por el personal, cuales se pueden asignar a otras personas y cuales vamos a dejar para más adelante.

Hay que tener en cuenta que toda esta organización previa recaerá también en tener o no que molestar a los empleados cuando están de vacaciones. Por ello, una buena labor de planificación consigue reducir estas interrupciones al mínimo, beneficiando tanto a la empresa como al trabajador.

Igualmente, este periodo puede ser muy útil para probar a empleados en otros puestos. Por ejemplo, ver si un becario ha aprendido lo suficiente para ser contratado o si un trabajador está preparado para ocupar un mayor cargo.

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Artículo elaborado por Activa Consultores - Asesorias en Sevilla

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